Ok, todo bien con el desvelo que me azota hace *una semana*. Sin reproches, pero lo peor es que no se hace nada productivo más que revolver gente en las redes sociales, bajar y conocer música nueva, digerir 3 termos de mate amargo. Sería *ríquisimo* el tiempo si me pondría a escribir pero nada. Mis viejos de vacaciones, mi hermano duerme, todo sonríe... y este desaprovechamiento me cae muy desubicado.
El único sentimiento que me florece más que todo es Lisandro Aristimuño. Y por más que dije "no da para hacer una entrada taaaan exaltada" te salto con que sí ¿Nos bancamos la lluvia de objetividad? Daleeee. Es que no tengo más que flores para él y sus azules turquesas que me dieron el show más mágico desde hace tiempo me escaseaba. Me sentí abrazada por los tulipanes gigantes de su canción, inserta de magia sureña constante, bailando, cantando, riendo. Las flores no tienen la culpa, la buena música me eleva.
Me voy despacito a tomar café dejándoles este tema que es la Felicidad.